"TIEMPOS MODERNOS"
No, no voy a hablar de la emblemática película de Chaplin.
Eso podría pensarlo cualquier cinéfilo que leyera el título, pero un docente de FOL, casi antes que en el film, piensa seguro en cierta web de culto, de referencia, a la que nadie se ha resistido a consultar alguna vez [www.tiemposmodernos.eu]
Como tantos otros profesores de FOL mi visión de nuestra especialidad cambió con el Congreso de Valencia de 2015. Nunca podremos agradecer lo suficiente a Paco Cano ese esfuerzo titánico que llevó a cabo. Sabes bien, Paco, lo mucho que te debemos por esa iniciativa, y ya no hablo del reconocimiento que mereces de los foleros valencianos. Dar vida a un encuentro anual que nos permite crecer y compartir tantas inquietudes e ilusiones, fue un extraordinario regalo. Bueno, Paco, debo centrarme que la pasión me distrae.
Hasta ese 2015 no controlaba este mundo, ni conocía a muchos compañeros sin los que hoy no sabría cómo enriquecer el módulo y mis clases. Pero sí sabía de la existencia de un rincón donde actualizarme, un lugar donde el rigor y el buen hacer estaba garantizado, un blog donde acudir cuando se aprobaban reformas, medidas legislativas o se iniciaba un nuevo año y debía revisar las fastidiosas bases de cotización a la seguridad social.
Y en ese congreso de 2015 se anunciaba la intervención de la autora de ese blog. No he sido jamás mitómana pero con ‘Tiempos Modernos’ casi podría decir que me aproximaba al fenómeno fan (o “groupie”, como diría mi querida Mª José Guirao, a la que aprovecho para declararme como incondicional y apasionada seguidora).
Aquí, en Valencia, en mi tierra, pude escuchar a Esther hablar de su trabajo por primera vez. Creo que le debemos a Isabel González -otra compañera con mayúsculas- el que se animara a compartir su experiencia. No recuerdo que palabras utilizó, ni muy bien cómo lo expuso, solo sé que trato de convencernos de que su aportación no era importante, que lo que ella hacía estaba al alcance de los demás. Recuerdo que su intervención me impactó, sobre todo porque para mí era un referente y encontré naturalidad y sencillez al comentar su descomunal labor. La gente grande es siempre la más humilde, eso es algo que los años te enseñan.
Considero que un profesor debe conocer y dominar la materia que imparte (uno de nuestros propósitos fundamentales es que el alumnado aprenda), pero aquel docente que logra ser considerado experto por sus colegas, por el resto del profesorado, ese para mí es un auténtico referente. Y si además despierta el cariño de todos, no creo que pueda hablarse más que de una extraordinaria y brillante profesional.
Más tarde vino twitter y la posibilidad de interactuar. Luego el Congreso de Donostia donde pude compartir momentos con ella, en el Palacio Miramar. Ya sabéis como es de amable y afectuosa. Se me acercó con su sonrisa y pudimos conversar un poquito. Y ahí ya me gano para los restos, la leyenda se había convertido en un ser de carne y hueso, accesible y fascinante. En Madrid, en la presentación de ANPROFOL, pude volver a confirmar que era muy querida y respetada.
Regreso a su web a menudo y sigue admirándome la calidad de la misma. Pero ahora es el cariño junto con el respeto lo que prevalece.
Desde el primer día que me animé a abordar ‘momentos’ siento la necesidad de agradecerle públicamente aquellas palabras, aquella intervención que sirvió de revulsivo a los que allí estábamos. A mí me inspiró por su calidad y su calidez. Son muchas las ocasiones en que al escribir o mostrar algo de lo que hago, y dudar, pienso en su intervención en Valencia y me empodero (como los alumnos). Porque lo cierto es que cuesta mucho lanzarse cuando existe un nivel tan alto alrededor.
Esther es referente indiscutible en el módulo de FOL. Hay más, por supuesto, y muy valiosos, pero a ella no la cuestionaría nadie, ni el más purista y exigente de los foleros. Recuerdo con cariño cuando mi alumnado de anatomía patológica hizo su symbaloo de recursos para FOL, y todos y cada uno de ellos recogieron como necesario ‘Tiempos Modernos’. Puedo asegurar que no recibieron ninguna indicación al respecto.
El pudor me hacía no atreverme a escribir sobre ella (es muy poco lo que la he podido tratar), pero desde hace unos años me he prometido a mí misma no escatimar en muestras de afecto y gratitud y sería injusto hablar de FOL sin hablar de Esther Baeza. Ella nos enriquece con su web, con sus tuits, con sus aportaciones, con su aliento incansable a todo aquel que pide su apoyo, o ella intuye que puede necesitar su ayuda (doy fe de ello).
Y por todo eso, y porque es un privilegio contar contigo en nuestra especialidad, me atrevo a escribir mi pequeño homenaje a una gran compañera. ¡Gracias, Esther, por tanto!
“El único símbolo de superioridad que conozco
es la bondad”.
-Ludwig van Beethoven