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Palabras para Ellas

La primavera está a la vuelta de la esquina y es tiempo de despedidas.

Este curso diré adiós a un grupo muy especial para mí -las alumnas del Ciclo de Grado Medio de Estética y Belleza del Ciudad del Aprendiz-. Con ellas llegué por primera vez a la Familia Profesional de Imagen Personal y resultó un descubrimiento increíble al que ya no quiero renunciar.


En parte cogí el grupo de GM de Estética porque la tutora de primero es una compañera a quien quiero y con quien tenía muchas ganas de trabajar. El profesorado de FOL sufre de algunos inconvenientes, el mayor para mí es tener 7 grupos con numeroso alumnado y no poder hacer frente de manera adecuada a la diversidad que debemos atender. Pero también es cierto que en ese inconveniente reside una de las grandezas de nuestra especialidad, podemos colaborar con docentes de todas las familias profesionales y de ese trabajo conjunto nacen y se establecen vínculos muy especiales. Descubres a compañeras y compañeros que hacen muy enriquecedor el día a día y con quienes sabes que vas a contar para todo lo que puedas necesitar. Esas relaciones no sólo permiten mejorar nuestra práctica docente con el grupo, sino que posibilitan que los resultados finales sean mucho más satisfactorios para todos.


En el curso 2017-2018 eran alrededor de 30, todas chicas. Pasaron a segundo la mitad y con nosotras estuvieron en el aula Pilar y Cristina, alumnas que convalidaron el módulo de EIE pero que se quedaban a trabajar otras materias o a participar en nuestras actividades. Para mí esta despedida también les concierne a ellas.


El alumnado, si le tratas con respeto y le haces sentir que crees en su potencial, que puede y es capaz de alcanzar aquellas metas que le planteas y, sobre todo, si siente que te importa, que su desarrollo personal y profesional es fundamental para ti, entonces te obsequia con el mejor de los regalos, su esfuerzo y su afecto. El reto es siempre el mismo, que aprendan y salgan preparadas para afrontar el mundo que les espera con más herramientas y más competencias, pero la realidad se impone y cada grupo tiene su singularidad, su forma de hacerte sentir.


Un día quisieron decirme que significaba para ellas y hoy soy yo la que quiere hacerse esa pregunta, ¿qué son ellas para mí? Creo que han supuesto muchas cosas, pero podría concluir diciendo que han sido una fuente inagotable de alegría y un cúmulo desbordante de emociones.


Han trabajado mucho, han desarrollado todo tipo de actividades, se han comprometido con el trabajo colaborativo, han realizado exposiciones orales, dinámicas diversas que han permitido aflorar muchas de las fortalezas que ellas poseen, hemos tenido momentos de creatividad y de mucho debate, reflexión y también mucha felicidad. El aprendizaje requiere esfuerzo y trabajo, pero creo que no está reñido con el disfrutar y con la ilusión.


Este curso termina el proyecto Aulas Creativas y ellas representan lo mejor de esta aventura. Han sido protagonistas de nuestra aula vivencial, de ese espacio donde conocimiento y aprendizaje se enriquece con emoción y valores, haciéndose realidad esa educación integral a la que aspiramos. Todas ellas son enormemente valiosas en su individualidad, pero juntas, viéndolas trabajar en equipo, te das cuenta de que son capaces de desarrollar y alcanzar lo mejor.


En el día a día de nuestras clases y mezclado con el espíritu emprendedor hemos vivido también momentos de crisis personal, problemas familiares, pérdidas, dudas sobre si seguir o abandonar… La educación es todo, no puede permanecer inalterable cuando los problemas o las dificultades les golpean. Yo solo he podido acompañarles, les he escuchado y les he animado a verse como realmente son, mujeres valiosas con todo por vivir y con mucho que aportar. A fuerza de ser pesada les he repetido que las notas no califican a la persona, las notas son un número que solo evalúa lo que saben de un tema en un momento concreto. En EIE tienen su calificación, pero esa nota no es completa. Ellas son excelentes personas, ellas son ejemplo de convivencia en el aula, de sentido crítico hacia la realidad que les ha tocado vivir, de compromiso y de esperanza para quienes hemos podido conocerlas.


El último día me pude despedir y un abrazo lleno de cariño puso un punto y aparte. Nos emplazamos para vernos en junio, en su graduación. Allí estaré para compartir con los suyos la emoción de sus éxitos.


Empiezan las prácticas, una nueva etapa. Algunas se irán de Erasmus a Irlanda y otras a Italia. Esa experiencia les removerá por dentro, seguro. Su paso por los centros de estética les permitirá demostrar las competencias adquiridas y el enorme potencial que poseen. Pero yo me quedaré con el recuerdo de su capacidad para cambiar los días ordinarios por días llenos de alegría y entusiasmo. Junto a momentos de inquietud por algunas, preocupación por el desánimo de otras, pesar por el abatimiento que en algunos momentos parecían no superar, ha prevalecido la satisfacción de sentir que sus desafíos acababan siendo oportunidades para aprender, para atreverse, para afrontar con ingenio y fortaleza aquello que les tocaba vivir.


Con ellas he vuelto a comprobar la fuerza de la alegría, la manera que tienen algunas personas de pintar los días de colores, lo que puede atraer la humildad, el coraje, la ingenuidad… Creo poderosamente en nuestras alumnas, en su fuerza, en su potencial, en su empuje. No quiero olvidar su pasión y su magia. Saben que para mí son especiales y que deseo con toda mi alma que la vida les trate como se merecen. Me gusta la forma que ellas tienen de ser y estar en el mundo, con la emoción. Espero que sean mujeres independientes, libres y que se quieran tal y como son. Para mí son únicas.



Pensando en algún texto bonito recordé el que sirve de cierre a esta entrada y pensé que era una buena forma de trasladarles palabras de aliento y esperanza.


"Palabras para Julia", de José Agustín Goytisolo

Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer así tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás tu futuro es tu propia vida tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas que les ayude tu alegría tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás como a pesar de los pesares tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte nada más pero tú comprende que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.

José Agustín Goytisolo dedicó a su hija el que con el tiempo se convertiría en su poema más conocido: Palabras para Julia. Unas palabras de aliento que quiero que ellas tengan por si alguna vez las necesitan.


 

Perdóname no sé decirte nada más pero tú comprende que yo aún estoy en el camino”.

-José A. Goytisolo

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