En los márgenes
Primera evaluación superada.
En los Grados Medios sabemos de la importancia de pasar esta criba inicial. Es la primera prueba de fuego, el primer indicador de cómo están yendo las cosas.
Preocupa el número de estudiantes que comienzan un Ciclo Formativo de Grado Medio y no lo terminan. Un número significativo abandona la que será con casi total seguridad la última oportunidad de formarse, de reconducir sus trayectorias académicas, de revertir experiencias negativas que muchos traen de su paso por la ESO. Es muy importante que no se rindan y para ello es fundamental los resultados que obtengan en este primer tiempo.
El alumnado que opta por el GM lo hace por diversos motivos y cada vez más como una opción personal aspirando a continuar su formación posterior con un Grado Superior, pero no podemos ignorar que un número considerable proviene de experiencias de fracaso.
El abandono escolar está relacionado con muchos factores, entre ellos el nivel de estudios de los progenitores, la situación económica familiar, la condición de inmigrante, la estabilidad emocional… y muchos de nuestros estudiantes acceden a la FP de GM porque es la única opción que se les ofrece, sin demasiada ilusión ni esperanza.
Conseguir que afronten el trabajo en el aula con buena actitud, con curiosidad y deseos de aprender, creando un sentido de pertenencia al grupo y obteniendo resultados positivos fruto del esfuerzo es el objetivo inicial. Pero para conseguir todo eso, para alcanzar su implicación y compromiso es esencial que cambien la visión que tienen de sí mismos. Si ellos no se ven capaces, si no ven su potencial, si no se perciben como individuos necesarios, “personas valiosas” en esta nueva realidad, la experiencia nos dice que las incipientes trayectorias formativas se verán truncadas en el primer incidente o experiencia adversa que tengan.
Tienen muchas dificultades por falta de hábito de estudio, problemas para asimilar la materia, falta de aptitud para esquematizar y resumir, frustración enorme ante cualquier complicación… por eso le dan tanta importancia a un examen y reciben una buena nota como algo enormemente gratificante. Son pequeñas victorias que celebramos y que les hace ver que están tan capacitados como los demás. No les infravaloremos; son capaces de esforzarse y trabajar como el resto, solo necesitan un poco más de apoyo.
Con ellos siento que todavía están por construir los cimientos, necesitan desaprender para después comenzar a caminar hacía un nuevo aprendizaje, diseñar patrones nuevos, necesarios. No están preparados para esa nueva realidad que se anuncia, se les va a exigir una capacidad de adaptación al cambio, de flexibilidad, de aprendizaje continuo de la que carecen y que es difícil conseguir con los medios personales y materiales que tenemos y con unas ratios que impiden una individualización del aprendizaje imprescindible ante la gran diversidad a la que nos enfrentamos.
Están en desventaja por esas mochilas tan pesadas con las que cargan y si queremos que vean el futuro como “oportunidad” y no como un mañana incierto, lleno de dificultades y barreras debemos atenderles como se merecen. Tenemos una responsabilidad individual, como docentes, para intentar poner las bases para que puedan construirse un futuro mejor. Y está muy bien el voluntarismo de muchos, pero no es suficiente.
En el último tiempo se está hablando mucho de la FP del futuro, se está trabajando en la actualización de la oferta formativa y contamos con un Plan de Modernización dotado con 1.500 millones de euros. Además, la FP se ha convertido en un lugar atractivo para grandes empresas y fundaciones que tienen planes y estudios para su mejora y transformación. Pero ¿se están preocupando del alumnado más vulnerable? ¿se están diseñando planes, estrategias para ayudarles a superar obstáculos y evitar el abandono temprano que padecemos?
Contemplo con algo de perplejidad y desconcierto tan inusitado interés. Quizá cuando éramos la hermana pobre del sistema no éramos tan atractivos y ahora que se habla de millones de euros destinados a mejorarla el deseo de colaborar se ha acrecentado. No quisiera caer en el cinismo, pero siento que la realidad de la que hablan no parece tener muy en cuenta al alumnado más frágil, aquel que no cuenta con los asideros mínimos para poder acceder a toda esa FP tan atractiva e innovadora que se nos dibuja.
Sabemos de la necesidad de apostar por la FP, de prestigiarla y convertirla en una opción de calidad, pero desde abajo, empezando por la FP Básica y haciendo una larga parada en los Grados Medios. Si queremos luchar de verdad contra el abandono temprano debemos trabajar mucho en estos niveles. Se debería repensar lo que se les ofrece y cuestionarse si se está poniendo verdadero interés en que lo importante sea lo primero (ratios más bajas, contenidos más interesantes y útiles, espacios para el diálogo y la reflexión, reforzar los Departamentos de Orientación -enormemente implicados pero incapaces de atender todas las necesidades que hay en los centros-, formación específica, apoyo y apuesta por la coordinación de los equipos educativos que permita una tutorización efectiva… ).
Nuestro alumnado no solo presenta dificultades académicas, durante el último año los problemas psicológicos se han agudizado de forma inquietante. Creo que no se está calibrando la crisis que se nos viene encima con esa otra pandemia, la de salud mental, que ya transita por nuestros centros de manera silenciosa y soterrada.
Es cierto que hay momentos en los que la desesperanza se instala en una, sobre todo esos días en los que has estado trabajando con quienes tienen miedos, están llenos de frustración, derrotados. Es entonces cuando escuchar hablar de la FP sin poner el foco en necesidades básicas de una parte importante de nuestro alumnado te llena de frustración y desaliento. Pero dura poco, sabes que no sirve de nada perder energías con lo que no puedes modificar y vuelves a la esencia de nuestra labor siendo aún más consciente de lo importante que es no fallarles desde la base, desde los centros.
En los márgenes se quedan todos aquellos para quienes el futuro es solo desasosiego e incertidumbre y es nuestra obligación ayudarles a reescribir una historia repleta de dificultades, vulnerabilidad y miedos. La FP no será realmente transformadora si no incluye a todas y a todos.
“El hombre llega a ser hombre exclusivamente por la educación;
es lo que la educación hace de él”.
- Kant
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