'Departamento de Orientación' o el arte de tender puentes
Esta entrada trata de ser un pequeño homenaje a una gran mujer, Carmen Robles, la orientadora del CIPFP Ciutat de l'Aprenent durante los últimos años. La escribí cuando todavía no contaba con este contenedor de 'momentos' y en ese tiempo del curso durante el cual quería creer que no nos iba a dejar.
Siento que Carmen debe estar aquí de algún modo al tratarse de alguien que nos ha regalado años de profesión y desvelos . Ahora inicia una nueva etapa vital y aunque no me hago a la idea de que el curso próximo no vaya a estar en el centro, me consuela saber que va a seguir acompañándonos, que vamos a seguir en contacto compartiendo momentos de complicidad, auténtica amistad y mucha alegría.
Ahí dejo la entrada, como una pequeña muestra de lo que ella ha supuesto para el centro y que nunca podremos agradecer de manera adecuada.
Departamento de Orientación (escrito el 26 abril 2017)
La excusa para escribir estas líneas me la da el ROF de los CIPFP que propone la Consellería de Educación de la Comunidad Valenciana. En el referido reglamento se contempla que el Departamento de Orientación se integre en el de Formación y Orientación Laboral. No entraré a valorar lo inadecuada que me parece la medida pero sí quiero aprovechar la ocasión para reivindicar la importancia de su trabajo en estos centros.
Todo obedece a cómo hayas vivido las cosas y esa experiencia es la que te hace sacar conclusiones. Durante estos años he estado en contacto con orientadoras diferentes (todas mujeres en mi caso) y no exagero cuando afirmo que siempre ha existido un profundo respeto y muchas ganas de colaborar.
Me centraré en esta última etapa en la que mi labor docente se desarrolla en un centro integrado de FP. Podéis imaginar lo que eso supone de trabajo y variedad en los asuntos a afrontar. Al principio solo había una persona, en la actualidad son dos. Y tengo que decir que somos muy afortunados porque las dos orientadoras son de una calidad y de una humanidad fuera de serie (Esther, eres ya imprescindible para el Ciutat de l'Aprenent).
Durante años ha sido Carmen Robles quien ha estado en solitario a cargo de este departamento, y de ella quiero hablar. Personalizo este pequeño reconocimiento porque es a quien llevo años viendo trabajar, pero no se me escapa que otros muchos profesionales, en muchos otros centros, podrían dar testimonio de esta encomiable labor.
No puedo destacar todo lo que hace porque no tendría suficiente espacio y como es imposible reflejar tanto en unos pocos renglones, me limitaré a dar unas pinceladas.
No quiero referirme a lo que la norma contempla, quiero destacar actividades que no se regulan y que le representan, momentos vividos con ella.
En nuestro centro Carmen es compañera y algo más, mucho más. Es la persona que en su pequeño despacho ha cambiado vidas, ha mejorado destinos, ha aliviado penas y dificultades y ha mediado en los asuntos más delicados y espinosos que os podáis imaginar. Y siempre, siempre, poniendo mucho corazón y afecto en todo.
Subrayaré aquí solo dos aspectos que definen su trabajo en estos últimos años (podría incluir muchos otros) y que hace y hará de nuestro centro un ejemplo de inclusión.
Hace unos cursos empezó a matricularse alumnado con diversidad funcional auditiva. Nos enfrentábamos a algo nuevo, sin recursos y sin preparación previa de lo que conllevaba atenderles en el aula. Era muy frustrante no poder impartir clase como ellos requerían y los docentes nos encontrábamos superados por no tener intérpretes de lengua de signos (ILS) en el aula.
Fruto de su trabajo y empecinamiento por mejorar la calidad de la docencia que recibían hoy contamos con suficientes intérpretes para poder atenderles en clase con cierta normalidad (al principio solo contábamos con una profesional y hoy tenemos cuatro). Recuerdo aquella época en la que de mis tres horas de FOL la ILS sólo podía entrar a una hora. Era una pesadilla y un sufrimiento al ser consciente de la dificultad que suponía para nuestro alumnado poder seguir las clases.
Ahora se ha propuesto normalizar el acceso a nuestro centro de alumnado con diversidad funcional física. Este curso se han hecho rampas y se ha conseguido una persona de apoyo, una educadora, para las dos alumnas que tenemos. Os podéis imaginar las reticencias de algunos a la entrada de este alumnado a los ciclos y la labor de nuestra orientadora para normalizar algo que parecía imposible. Por respeto a esas alumnas no explicaré sus problemas de motricidad pero son grandes y a veces muy complicados de armonizar con el trabajo de taller que tienen que llevar a cabo. Ella me dirá que es mérito también del profesorado implicado y de la dirección del centro, y es así. Pero es de justicia reivindicar el papel que ha desempeñado en este aspecto al hacer caso omiso de todos los argumentos que se le ofrecían para no aceptar como posible lo que parecía una enormidad.
Hasta aquí lo que se puede objetivar. Lo que son desvelos, charlas, planes de mejora para aquellos que están perdidos, seguimiento de alumnos (no sólo a nivel académico sino personal), labor de mediación con sus propias familias, mejora de las relaciones entre compañeros, entre docentes y su alumnado… todo eso ya queda para ella, para su satisfacción personal. Porque Carmen sabe que es un referente cuando se piensa en alguien que medie, que ayude, que coordine personas, que te preste consuelo cuando estás mal. Y sí, se le respeta y se le quiere muchísimo.
No puedo disimular la gratitud y el cariño enorme que siento por ella, por tantas veces como ha ayudado a mis alumnos. Solo basta que le diga “Carmen, tengo un alumno que necesita ayuda…“, y obtener siempre la misma respuesta “mándamelo”. Y volver ese alumno con el brillo de la esperanza y saber, sin que hiciera falta que me lo confirmara, que ya había pasado por su despacho.
No sé cómo va a quedar el papel del Departamento de Orientación en los centros integrados pero a mí nadie tendrá que explicarme lo importante que son porque lo llevo viendo hace años y es muy difícil expresarlo con palabras.
“Mucha gente pequeña en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
-Eduardo Galeano
Deseo que la vida sea generosa contigo por lo mucho que has sido tú con todos. Y de manera especial y personal quiero agradecerte que me hayas acompañado en estos años, no solo como docente sino como amiga, al haber sido un apoyo fundamental en los momentos más duros de mi vida.
Ya sabes, Carmen, aprendices de todo pero maestras en el oficio de disfrutar.
¡Buen camino, compañera!