¡Feliz viaje!
La actividad docente sabe de poner en valor, sumar, tender puentes, celebrar los éxitos y las pequeñas victorias del día a día; pero también es de interesarse por el alumnado en lo que atañe a sus problemas, sus angustias y sus desvelos. Eso que no se evalúa, no se califica, no queda reflejado en ningún acta, pero es de nota. Esa es la otra realidad de nuestra profesión que si la sientes y la vives como un compromiso es la que hace que sea una de las más bonitas que existe.
La pasión por la docencia de la que tanto se habla se comprende especialmente en el momento de las despedidas. En ese momento en que cierras el grupo, las notas, las faltas, los proyectos evaluados… y te quedas con las sensaciones, los momentos, los afectos.
Es en ese momento -el que ahora afrontamos con los segundos- el que me hace sentir que ha valido la pena todo, hasta el último de los instantes vividos.
El objetivo con todos los cursos es siempre despertar en el alumnado las ganas de aprender, que se sientan implicados, concernidos, protagonistas de su aprendizaje. Apostar por una educación integral, transformadora, que atienda a la diversidad y que les ayude a desarrollar las competencias que les llevarán a afrontar su futuro profesional con confianza, espíritu crítico y compromiso social.
Siempre me gusta despedirme de ellos con unas líneas y de manera especial de los grupos que se van, aquellos que ya nos dejan y salen al mundo cargados de muchas ilusiones y algo de incertidumbre. Y este curso no ha sido diferente:
1 de marzo de 2018
Después de estos meses que me han permitido conoceros y encontraros cada semana en el aula creativa, para aprender y compartir experiencias, me despido con unas palabras que responden al afecto y la emoción que me produce el final de una etapa.
Hemos trabajado muchas cosas y todas importantes. La creatividad, la iniciativa, el trabajo colaborativo, por proyectos y un sinfín de actividades que confío os sirvan y ayuden a afrontar el futuro con espíritu emprendedor. Ese espíritu que no solo tiene que ver con montar empresas, sino con una actitud ante la vida, los retos y los desafíos que permiten encararlos de manera constructiva y responsable.
Pero yo no quiero despedirme con esto. Quiero deciros lo que, como una más que está aprendiendo cada día, espero os sea de ayuda o por lo menos de invitación a la reflexión, a esa recomendable parada antes de iniciar cualquier proyecto vital.
Ya sabéis que el “Ciudad del Aprendiz” es vuestra casa, este centro lo hacéis vosotros, lo llenáis con vuestras experiencias. Está cargado de todos los momentos que habéis experimentado en estos dos años y se queda también con un poquito de vuestro paso por aquí.
Salís al mundo y tenéis mucho que aportar. Sois el futuro, la esperanza, el mañana que ya es hoy. Para mí sois el regalo, la recompensa, lo mejor de nuestro trabajo, la emoción.
La vida no es fácil, la vida es lucha, pero si podemos conservar ese entusiasmo que me habéis demostrado en determinados momentos, esa alegría, ese afán por colaborar, por compartir, por mejorar, parte del éxito estará ya en vosotros. El éxito, sobre el cual hemos trabajado a través de las trayectorias de otros, consiste en estar satisfecho con uno mismo. Es un compromiso con uno mismo y con los demás. Tiene que ver con sentir que contribuimos a algo más que a la propia realización.
Arriesgad, atreveos, no permitáis que nadie os achique, no tengáis miedo. Sed libres. La mejor versión de vosotros mismos está detrás del miedo, de las inseguridades, de los límites que nos ponemos. No os lieis, no os compliquéis, no os limitéis, todo es mucho más sencillo. Mirad a lo bonito que hay en vosotros y sobre ello construid la realidad que queréis.
Sois únicos e irrepetibles y saber eso conlleva la obligación de atreverse. La vida es una cuestión de actitud. Tenéis el potencial para llegar a lo que deseáis, esa actitud y vuestra capacidad de aprender hace que no existan límites. Actitud a pesar del miedo, los críticos, los errores. Determinación y compromiso son la base para llegar a alcanzar vuestras metas, eso, un poco de pasión y una pizca de locura. Y es que la vida hay que vivirla intensamente.
Sed motor de cambio. De ese cambio que tanto necesitamos y que vosotros defendéis. Del cambio sostenible, solidario, más humano. No perdamos la esperanza de que esta sociedad puede ir hacia ese modelo del que hemos hablado, inclusivo y que aprecia la diversidad. En nuestra aula hemos podido valorarla y vivirla como algo enriquecedor y necesario. Demostremos al resto que esta realidad nuestra, diversa y dispar, es el reflejo de una sociedad heterogénea donde cabemos todos. Donde no sobra nadie.
Cuestionad todo, lo que ahora mismo os escribo, lo que debería ser, lo que no os permita mostrar vuestra autenticidad. Cuestionad siempre, hasta a vosotros mismos, por salud mental, como rutina, como antídoto para los debería. Sed descreídos, algo utópicos, libres. Sed tolerantes con vuestros fallos, pero no desistáis nunca. Que lo conseguido sirva de palanca para todo un mundo de posibilidades que os están esperando.
La actitud es fundamental, una buena actitud abre puertas, dispara la suerte y hace el camino más bello. Recordad que venimos a este mundo a descubrir nuestra esencia, nuestro valor y a mostrarnos. Confiad, aprended de los errores, no perdáis nunca la curiosidad. Lleváis dentro mucha magia y mucho que aportar. Yo lo he visto.
Y no dejéis de regalaros tiempo, tiempo para reflexionar, sentir, crecer internamente, amar.
No escatiméis en ternura, hacia los demás y hacia vosotros mismos. La ternura, la mirada amable, el abrazo, el regalar instantes… todo eso también es esencial. Los afectos son importantes, necesarios.
Y pase lo que pase recordad desde la humildad, pero también desde la determinación, que siempre podemos volver a empezar. Siempre podemos recomenzar.
Ha sido maravilloso compartir este tiempo con todos vosotros, soy yo la afortunada, la que se queda con vuestra imagen congelada para el recuerdo. La vida os espera y yo me despido con la más bonita de las emociones, la de sentir que en una pequeña parte de vuestro camino he podido acompañaros y he podido comprobar que nunca se deja de aprender.
Sois la mejor escuela.
¡Feliz viaje!
Me gusta siempre terminar con palabras de otros, a modo de regalo y de inspiración, y en esta ocasión lo haré con una parte de “No te detengas”, texto apócrifo atribuido a Walt Whitman.
"No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre".
…